Potenciar la oratoria mejora los niveles de empleabilidad. Compartimos algunas prácticas recomendadas para mejorar la oratoria. El arte de hablar bien en público ya no es de uso exclusivo por parte de los voceros de una organización, sino una habilidad cada vez más requerida en ámbitos profesionales, con amplia incidencia en la construcción exitosa de la marca personal.
A medida que se avanza en la carrera profesional, no faltan las oportunidades de tener que hablar en público ante audiencias cada vez más numerosas, en forma presencial o virtual.
Las oportunidades de expresarse ante una determinada cantidad de personas son múltiples:
- en reuniones corporativas, explicando un informe o planteando un punto de vista, presentando un producto ante clientes internos o consumidores, liderando una reunión de ventas, explicando protocolos al personal, dando la bienvenida a nuevos colaboradores o proveedores,
- en eventos, dictando un webinar u ofreciendo una conferencia,
- durante procesos formativos, trasmitiendo conceptos, prácticas o experiencias
- en el marco de acciones de prensa, respondiendo a las preguntas de un periodista en la televisión o en canales digitales
- en redes sociales, haciendo vivos o videos en YouTube, Facebook, Instagram o Linkedin.
En cada una de estas situaciones reviste una enorme importancia la capacidad de trasmitir adecuadamente para conectar con la audiencia y generar una experiencia enriquecedora.
Hay quienes cuentan con las habilidades para hablar en público naturalmente o tuvieron la oportunidad de desarrollarlas a lo largo de su vida. Mientras que otros, la gran mayoría de las personas, se encuentran frente a la necesidad de adquirirlas para responder a las exigencias que se plantean en su vida profesional.
En ambos casos, es importante poder entrenarse y practicar en forma constante. Por ejemplo, Steve Jobs, quien fue reconocido mundialmente por su capacidad de persuasión, se preparaba intensivamente para cada presentación que debía realizar.
Índice de contenidos
¿Qué es la oratoria?
La oratoria es la capacidad de establecer comunicaciones claras, interactivas, estimulantes y enriquecedoras con una audiencia, para lograr un objetivo que puede residir en informar, conmover, generar compromiso u obtener apoyos, entre otras finalidades.
Se trata de un proceso en el que intervienen tanto el lenguaje verbal como el corporal, y en el cual la persuasión y elocuencia del orador juegan un papel determinante para conectar con los interlocutores, y darles una respuesta o aporte de valor.
La oratoria es la capacidad de establecer comunicaciones claras, interactivas, estimulantes y enriquecedoras con una audiencia
Como destaca Diego Martin Salazar en la introducción del curso ‘Oratoria para Empresarios’, que se imparte desde el Centro de e-Learning de la UTN.BA, lo importante no es sólo lo que se dice, sino cómo se dice.
En tanto, Federico Varchavsky, en la presentación del Curso de Oratoria, persuasión y comunicación efectiva, destaca que cuanta mayor sea la cantidad de herramientas y técnicas que se tengan a disposición, mayores serán las posibilidades de conseguir en cada interacción un resultado satisfactorio y exitoso.
Cada posibilidad de interactuar con otras personas es una gran oportunidad para lograr una conexión con ellas, conseguir un objetivo común, y obtener beneficios para todas las partes involucradas.
Buenas prácticas y recomendaciones para hablar en público
Compartimos nueve sugerencias para mejorar la oratoria personal e incorporar y potenciar la habilidad de hablar en público
1. Reconocer las propias limitaciones y trabajar sobre ellas
Hay reacciones emocionales que son absolutamente naturales pero que pueden complicar una presentación en público, como el miedo a la aceptación, el denominado pánico escénico, o el nerviosismo. La clave pasa por aprender a controlarlas, identificando que es lo que produce este tipo de sentimientos, y encontrar puntos de alivio, por ejemplo, al informarse en detalle sobre la composición de cada audiencia, sus inquietudes e intereses, para orientar el discurso.
También pueden presentarse problemas de dicción en la pronunciación que impidan la comprensión de lo que se está diciendo. Las causas pueden ser variadas y trabajándolas con un fonoaudiólogo es posible resolverlas.
Por último, vale destacar la importancia de trabajar sobre los denominados vicios del lenguaje, que pueden consistir en palabras que se repiten una y otra vez (con alta frecuencia) o continuar pronunciando la ‘e’ durante varios segundos. Erradicarlos es un paso adelante en pos de para darle solidez al mensaje y controlarlo.
2. Conocer al público
Del mismo modo que se prepara una entrevista laboral o una reunión de ventas, es importante contar con la mayor cantidad de información posible sobre la audiencia.
Algunas variables a tener en cuenta: sector en el cual se desempeñan, composición etaria, si se trata de profesionales o académicos, entre otras.
La investigación previa que hagamos de nuestros interlocutores es un factor directamente relacionado con el éxito de la presentación.
3. Estructurar el mensaje
Las presentaciones en público deben elaborarse en detalle, para poder tener dentro de esa estructura la posibilidad de improvisar y lograr espontaneidad, evitando situaciones de lectura directa o recitados de memoria (salvo en los conceptos esenciales).
Una recomendación es comenzar por definir el tema, identificar las ideas más importantes, estructurar tramos de recorrido, analizar cómo estimular a la audiencia a partir de su composición, y estipular una duración del discurso en función de lo que se tiene para cautivar al público.
4. Conectar con la audiencia
Enfrentarse a una audiencia numerosa puede generar cierto vértigo e incertidumbre, en relación a dónde poner el foco de atención en un auditorio extenso.
Hay quienes simplemente miran su ayuda a memoria y no conectan con el público, o hablan continuamente durante largos períodos, generando experiencias poco estimulantes.
Por ello se suele recomendar tomar como referencia a uno, dos o tres asistentes del público, y eventualmente fijar como punto de atención a quienes generen mayor feedback en sus reacciones corporales.
Es más sencillo, para quienes comienzan a realizar sus primeras intervenciones en público centrarse en pocas personas de la audiencia y dirigirse a ellos. Lo interesante es que cuando se genera el efecto de estar hablándole a alguien, se incrementa la atención en lo que se dice.
5. Expresión corporal
Como destacábamos, el lenguaje verbal está directamente relacionado, conectado y determinado por el lenguaje corporal. El contenido de un discurso es efectivo si se lo respalda con un buen desenvolvimiento físico, a través de gestos y eventualmente pasos sobre el escenario, entre otros recursos. De igual modo, es central la actitud que se despliegue.
El psicólogo Albert Merhabian destacaba que la comunicación personal se compone de lo que decimos (7%), el tono en cómo lo decimos (38%) y el lenguaje del cuerpo (55%). Es decir, que el 93% del proceso no estaría relacionado con el contenido de un discurso sino en las formas en las que se lo expresa, donde más de la mitad de la carga está puesta en lo corporal.
Para adquirir estos hábitos e incluso aprender técnicas de relajación, muchas personas recurren a clases de actuación o coachs actorales, con la meta de poder incorporar habilidades de expresividad corporal en sus presentaciones.
6. Personalizar el mensaje
En reuniones corporativas que cuentan con la participación de una cantidad limitada de asistentes, siempre resulta positivo hacer referencia a cada uno de los participantes en diferentes tramos del desarrollo, generando puentes de contacto y reconocimiento permanente con todos.
7. Favorecer el intercambio
Una presentación en público, cualquiera sea su formato o circunstancia, no deja de ser una conversación. Nos estamos comunicando con otros y como consecuencia de ello es lógico y esperable, que cada participante vaya generando sus propias opiniones y reflexiones sobre lo que está escuchando.
Impulsar instancias de feedback y escucha activa permite generar empatía con el público y desarrollar experiencias más estimulantes y participativas, en las que todos puedan sentirse protagonistas. Para lograrlo se pueden realizar preguntas a la audiencia o establecer instancias de juego.
Este tipo de recursos, además, permiten distribuir la carga de la presentación y no concentrar todo el esfuerzo en quien la lidera, obrando al mismo tiempo como una válvula de auxilio frente a baches que puedan producirse.
8. Desplegar recursos de apoyo
La incorporación de diversos elementos multimediales contribuye a la realización de presentaciones más dinámicas y la posibilidad de que el orador tenga referencias visuales a las cuales recurrir como ayuda a memoria o apoyo a sus dichos.
Disponer de videos que establezcan una pausa en su interlocución y entreguen experiencias estimulantes a la audiencia, o utilizar gráficos, suelen ser muy buenas decisiones.
9. Las historias siempre rinden
En muchas presentaciones de TEDx vemos como los conferencistas abordan un tema desde su propia experiencia, cautivando a quienes los escuchan con una estructura narrativa atrapante. Como sostiene el actor francés Stany Coppet, no es posible llegar a conectar con una audiencia sin ofrecer algo de ti mismo.
En este sentido, un método desarrollado por Lee Strasberg en el Actors Studio de Nueva York propone trabajar sobre la memoria afectiva, invocando recuerdos emocionales del orador a fin de conectar vivencias de superación con el contenido del discurso.
Más allá de la decisión que involucre tomar aspectos de la trayectoria personal para construir un relato, el storytelling es un recurso cada vez más utilizado en diversos ámbitos de la vida, como por ejemplo, en la participación en procesos de reclutamiento y el desarrollo de capacitaciones.
Una historia –sea personal o no- que posea una introducción, un nudo (con cierto suspenso) y un desenlace funciona en el cine, en el teatro, en las novelas de televisión, y en las presentaciones profesionales o académicas. El uso del silencio o el humor en determinados momentos también puede colaborar en gran medida a darle clima al relato. La clave es que haga match con las expectativas de la audiencia, sus problemáticas y aspiraciones.
Este recurso permite especialmente trabajar sobre las emociones del público, un aspecto fundamental para lograr buenos resultados.
¿Dónde capacitarse en oratoria?
El Centro de e-Learning de la UTN.BA posee una interesante propuesta formativa orientada a la adquisición o refuerzo de habilidades vinculadas a la capacidad de hablar en público.
- Oratoria para empresarios: permite elaborar y presentar discursos, ponencias y exposiciones públicas exitosamente.
- Curso de Oratoria, persuasión y comunicación efectiva: para desarrollar herramientas de comunicación integrales para obtener una comunicación efectiva tanto en el ámbito personal, profesional y comercial.
- Diplomatura en Relaciones públicas, imagen corporativa y comunicación institucional: ofrece la posibilidad de conocer las herramientas necesarias para una gestión exitosa de comunicación institucional, imagen corporativa y relaciones públicas.
2 comentarios
Gracias por los consejos! ¿Cuál es la duración de vuestros cursos?
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