Desarrollar habilidades de liderazgo, empatía, escucha activa, resolución de problemas, proactividad, motivación, inteligencia y bienestar emocional, resulta central para resolver los desafíos actuales. Incorporar conocimientos de Counseling para facilitar el desarrollo de estas competencias, abre un interesante espacio de oportunidad laboral.
En los difíciles momentos que estamos atravesando a raíz de la pandemia y las consecuencias económicas, laborales y sociales derivadas de los períodos de aislamiento, resulta complejo poder motivarse para lograr objetivos personales y/o grupales. Más aún, cuando estamos inmersos en un cambio de época impulsado por la Cuarta Revolución Industrial y la nueva normalidad, que se caracteriza por:
- la incorporación de nuevos hábitos culturales,
- una profunda y acelerada transformación digital,
- la necesidad de reconvertirse profesionalmente.
Frente a este contexto el counseling cubre una función de orientación para la búsqueda de herramientas de autoayuda que permitan a cada persona la resolución de sus conflictos, motivándola para lograr el cambio que necesita.
De hecho, una de las herramientas más importantes que utiliza el Counseling es la motivación para el cambio:
- acercando herramientas de mejoramiento de las habilidades comunicativas (comunicación eficaz o asertiva) y de relación o vínculo (habilidades sociales);
- fomentando el trabajo de autoconocimiento, aceptación y crecimiento emocional.
“La motivación es un estado energético y anímico ideal que corrompe barreras. No solo es querer realizar sino saber hacerlo. La motivación es lo que nos permite armar una planificación, tener un objetivo y llevar la marcha hacia el logro de la satisfacción de un resultado”, destaca Verónica Recchia, coordinadora del curso online de ‘Counseling’, impartido por el Centro de e-Learning de la UTN.BA.
Adquirir las competencias que otorga este curso permite poder desarrollarse en un campo laboral con amplias oportunidades en situaciones como las actuales, teniendo en cuenta que el counselor posee las capacidades para motivar a otros, identificando el capital con el que cuenta cada persona, para potenciarlo y orientarlo al logro de un objetivo que permita resolver una necesidad o apetencia determinada.
El counseling cubre una función de orientación para la búsqueda de herramientas de autoayuda que permitan a cada persona la resolución de sus conflictos, motivándola para lograr el cambio que necesita.
“Todos contamos con grandes recursos y un capital a desarrollar. Pero podemos estar muy formados y tener muchas herramientas, y sin embargo que ese querer-querer no llegue al objetivo buscado y a desarrollar el proceso intermedio para lograrlo”, advierte Recchia, enfatizando que se necesitan garantizar los medios para alcanzar los fines deseados.
3 principios de la motivación
En este sentido, la especialista identifica tres principios relacionados a la motivación:
1) Estado de imperio hacia la actividad para quebrar el estado de inercia. En general nos movemos en un nivel de producción que está muy debajo de nuestras capacidades, porque la ausencia de la motivación logra el establecimiento de un estado mental de censura que podría caracterizarse como ‘una máquina de impedir’, y que constituye la respuesta promedio de las personas ante diversas situaciones. La clave está en determinar cómo avanzamos hacia el cambio, alejándose de la censura.
2) Satisfacción. Una vez que se alcanza al objetivo personal prioritario o resultado ansiado, el modelo que se implementó va a ser rememorado, aprendido y eventualmente repetido.
3) Experiencia. Lleva a enriquecer, moldear y perfeccionar el camino hacia la excelencia o experticia de una acción.
“Para accionar tenemos que lograr el caudal energético y anímico adecuado, para que estos principios comiencen a retroalimentarse y se logre una percepción de autoeficacia. Aquí gana el estilo de comportamiento extrovertido”, explica Verónica Recchia, mencionando dos tipos de motivadores:
- Intrínsecos: relacionados con la intimidad enérgica de esa motivación (puede ser fisiológica, anímica, etc.).
- Extrínsecos: otorgados por el medioambiente, son factores externos que motivan a elaborar un cómo lo hago, tener a mano un saber hacer para planificar un objetivo y seguir adelante esa planificación hasta llegar a la satisfacción (por ejemplo: un aumento de sueldo, un logro familiar, un aumento de jerarquía o logro de productividad).
La motivación es un estado energético y anímico ideal que corrompe barreras. Es lo que nos permite armar una planificación, tener un objetivo y llevar la marcha hacia el logro de la satisfacción de un resultado.
“Lo más difícil es lograr la conexión entre ambos. Pero cuando la persona dispone el control sobre estos dos tipos de motivadores y busca promoverlos, pasamos al nivel de la automotivación con el que podemos llevar adelante un amplio nivel de conciencia sobre los modelos internos de dominio de la motivación, para poder administrarlos, planificarlos y llevarlos adelante”, sostiene.
“La clave es poder mostrarle a la persona que se va a motivar qué es lo que ganará si se sube al estado enérgico que la puede llevar al cambio y salta la barrera de censura. Para ello, hay que determinar cuál es la necesidad y apetencia de esa persona, y concentrarse en sus aspectos positivos”, completa Recchia.
Si te interesa conocer los campos de desarrollo del counseling y sus herramientas para la resolución de conflictos, te sugerimos realizar el curso online de Counseling que imparte el Centro de e-Learning de la UTN.BA; esta capacitación tiene un completo programa que se va adecuando, durante el dictado de las clases online, a las últimas novedades que brinda la comunidad psicológica de aplicación.