La utilización de energías renovables -o alternativas- está creciendo a nivel global, frente a la conciencia de estar en tiempo de descuento para salvar el planeta y la necesidad de lograr fuentes energéticas perdurables. Se trata de un sector en pleno desarrollo, que requiere formar profesionales especializados para asumir desafíos críticos en los próximos años, a fin de lograr ser una sociedad enfocada en la sustentabilidad.
La pandemia visibilizó los problemas que aquejan a la humanidad en distintos puntos del mundo. Al mismo tiempo que evidenció situaciones de desigualdad y distorsiones, mostró con crudeza el daño que el ser humano está infringiendo al medio ambiente.
A raíz de la disminución del tránsito vehicular, la contaminación atmosférica disminuyó durante los primeros meses de la pandemia, reduciéndose los niveles de CO, CO2 y NO2. Durante las semanas del mes de marzo de 2020, en las que gran parte del mundo estuvo casi paralizado por cuarentenas estrictas, desapareció momentáneamente la nube de smog que cubre a las principales ciudades del planeta y los paisajes comenzaron a verse con mayor nitidez.
Volver a observar aquello que la industrialización nos arrebató, nos permitió ver al mismo tiempo las heridas abiertas que le hemos provocado a la naturaleza. Pero todo lo que volvimos a apreciar duró sólo un instante. Al retomarse la actividad en todo el mundo, retornaron los problemas y se reactivó el deterioro progresivo de nuestro planeta.
No obstante, y pese a la frustración de iniciar nuevamente el mismo derrotero destructivo, la pandemia nos deja una enseñanza: el daño que estamos provocando al medio ambiente puede detenerse. La discusión es cuán a tiempo estamos de hacerlo, teniendo en cuenta el carácter acumulativo del deterioro que realizamos en el ecosistema. En cualquier caso, tomar medidas proactivas siempre será un avance auspicioso.
La clave: producir energía recuperable que no dañe al planeta
“En la actualidad, la sociedad enfrenta desafíos de gran magnitud para seguir desarrollándose con altas tasas de crecimiento poblacional, pero sin respetar la urgencia de crecer respetando el Medio Ambiente. Esto compromete el potencial de los sistemas naturales, no sólo para regenerar los recursos que se consumen, sino también afectando directa o indirectamente a otros sistemas necesarios para la vida, tales como el aire, el agua y la biodiversidad”, reflexiona Gastón Julián Gagey, coordinador del Diplomado en Desarrollo Sostenible.
Capacitarse en desarrollo energético sustentable, brinda la posibilidad de generar competencias altamente requeridas por el mercado laboral.
“El concepto de desarrollo sostenible cobra importancia en aquellos quienes son responsables por la producción y utilización de los recursos de la sociedad y por quienes deben establecer las políticas y estrategias para el control y regulación de esos recursos”, completa el experto.
Frente al deterioro medioambiental en el que nos encontramos, urge la necesidad de incrementar el uso de energías renovables.
Como señalan desde Acciona, el futuro de la humanidad y del planeta dependen de la manera en la que produzcamos energía.
“Las tecnologías fotovoltaicas son fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas. Se diferencian de los combustibles fósiles principalmente en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero sobre todo en que no producen gases de efecto invernadero –causantes del cambio climático- ni emisiones contaminantes. Además, sus costes evolucionan a la baja de forma sostenida, mientras que la tendencia general de costes de los combustibles fósiles es la opuesta, al margen de su volatilidad coyuntural”, destacan.
6 fuentes de energías alternativas que pueden cambiar el mundo
Veamos algunos tipos de energías renovables, cuyo crecimiento nos permitirá transitar hacia un mundo sustentable:
- Energía Solar: En los últimos años a nivel global, la tecnología fotovoltaica ha tenido un crecimiento vertiginoso. Para fines del 2015 la capacidad instalada fue de 227 GWp. Sólo ese año se sumaron 50 GWp y el crecimiento continuo es exponencial.
“En la Argentina, a partir de la ley 27.191, se ha creado un mercado que se encuentra en proceso de maduración, el cual permitirá instalar como mínimo 10 GW entre el 2018 y el 2025, siendo esta capacidad distribuida entre eólico y solar fotovoltaico en su gran mayoría”, informa Guillermo Oscar Pita, coordinador del Experto Universitario en Diseño de Plantas Fotovoltaicas, que se imparte desde el Centro de e-Learning de la UTN.BA.
En este ámbito, también se desataca la utilización de la energía solar térmica para la producción de agua caliente -tanto a nivel domiciliario como industrial-, como una de las aplicaciones de energías renovables que más puede desarrollarse en el corto plazo.
Frente al deterioro medioambiental en el que nos encontramos, urge la necesidad de incrementar el uso de energías renovables.
“Se trata de la fuente de energía más abundante sobre la tierra, y nuestro país cuenta con niveles de radiación solar totalmente adecuados para este uso”, sostiene Pita, quien también dirige el curso de Experto Universitario en Energía Solar Térmica. Además, menciona que en Argentina existe gran cantidad de empresas dedicadas a la venta, dimensionamiento e instalación de sistemas de energía solar destinada a generar agua caliente, que requieren de profesionales especializados.
- Energía Eólica: Se obtiene convirtiendo en energía eléctrica el movimiento de las palas de un aerogenerador, a partir del impulso producido por corrientes de aire. Un informe del Banco Mundial señala que Argentina es uno de los países con mayor potencial de Sudamérica, con posibilidades de desarrollar 1.870 GW de energía eólica offshore, 1.3112 GW con aerogeneradores flotantes y 558 GW de fondo fijo. Es decir, podría producir de esta manera cerca del 15% de su consumo total eléctrico de 2019.

Para poder desarrollar este potencial se deben contar con los suficientes parques eólicos. Lo cual requerirá de profesionales altamente capacitados en:
- los conceptos básicos del principio de funcionamiento de las turbinas de viento,
- los parámetros de selección del sitio a instalar el emplazamiento del parque,
- los factores a considerar en la evaluación de su localización,
- las normas para estimaciones y mediciones de los vientos y su posterior evaluación,
- los diferentes tipos y clases de turbinas,
- el principio de funcionamiento y de su proceso de fabricación,
- el ciclo completo de análisis económico, los análisis de riesgos a considerar,
- la características de los parques terrestres y marinos,
- el proceso de análisis de un modelo de Micrositing.
Una serie de competencias que pueden obtenerse a través del curso Experto Universitario en desarrollo de un parque eólico, que se imparte desde el Centro de e-Learning de la UTN.BA
- RSU: la obtención de gas combustible a partir de residuos sólidos urbanos ya es una realidad. Entre las ventajas que aporta el proceso de gasificación, Eduardo de Nóbrega, Director Superintendente de WEG Energía, identifica la posibilidad de usar todos los desechos sin ser reciclados, reduciendo el costo logístico de su eliminación, con la posibilidad de construir plantas en ubicaciones estratégicas y la producción de gas completamente libre de furanos y dioxinas, lo que elimina la necesidad de sistemas complejos de tratamiento de gases.
“Dado que todas las actividades humanas generan residuos sólidos y éstos deben ser tratados y dispuestos en forma ambientalmente correcta, minimizando los posibles impactos sobre la salud y el medio ambiente, resulta relevante el abordaje de la gestión de los RSU desde una perspectiva integradora, que permita construir las herramientas necesarias para el desarrollo de políticas de gestión de residuos, garantizando la sostenibilidad del sistema”, explica David Allende, docente del curso de Posgrado Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos.
Las energías renovables son fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas.
Como energías alternativas, también se pueden considerar las siguientes:
- Geotérmica: aprovecha el calor del subsuelo para climatizar y obtener agua caliente sanitaria de forma ecológica.
- Bioenergía: se produce desde materia orgánica e industrial formada en algún proceso biológico o mecánico. Generalmente es sacada de los residuos de las sustancias que constituyen los seres vivos (plantas, ser humano, animales, entre otros), o sus restos y residuos.
- Marina: para el año 2050 el Ocean Energy System 2016 (citado en un artículo de Enel Green Power) considera que la energía marina proveniente de las mareas y de las olas, contribuirá a producir casi 340 GW de energía en todo el mundo. Si bien se trata de una fuente de energía renovable muy joven y las distintas tecnologías diseñadas para extraerla aún no están plenamente desarrolladas, ofrece un panorama prometedor.
Capacitarse y adquirir conocimientos vinculados a un desarrollo energético sustentable, no solo fortalece el compromiso de cada persona con el planeta. También brinda la posibilidad de generar competencias altamente requeridas por las empresas, entidades públicas y otras organizaciones, mejorando los niveles de empleabilidad y competitividad profesional.
Si te interesa desarrollarte en este campo profesional, te invitamos a conocer los cursos referenciados en el artículo y otros vinculados a regulación energética, y tecnología y gestión de la energía que brinda el Centro de e-Learning de la UTN.BA. Más información aquí.