Las herramientas y procedimientos que se utilizan para analizar diferentes juegos de datos e identificar aquellos que son útiles, son fundamentales para generar contenido relevante que permita orientar las acciones de una empresa. De allí la importancia de los métodos cuantitativos para la toma de decisiones de negocio basada en información.
Obtener, procesar y gestionar en forma efectiva los datos generados por la actividad de empresas y personas permite construir información con alto valor agregado que resulta indispensable en el proceso de toma de decisiones ejecutivas. Con el objetivo de destacar la importancia de los métodos cuantitativos en la toma de decisiones, Sebastián Verrastro y Mariano Vidal, directores del curso de Posgrado Métodos Cuantitativos realizaron un interesante webinario en el que abordaron diferentes variantes de esta tendencia en desarrollo, a través de ejemplos concretos.
“Teniendo en cuenta la gran cantidad de datos que podemos obtener de las diversas fuentes de información, la capacidad de poder procesarlos y sacar información útil para la toma de decisiones es un arduo trabajo de transformación”, destacaron los docentes, señalando que aún no es común encontrar empresarios que tomen decisiones basándose en datos y no en percepciones.
La capacidad de poder procesar datos y obtener información útil para la toma de decisiones es un arduo trabajo de transformación, con impacto directo en los resultados de una empresa.
Para graficar la importancia que tiene utilizar métodos cuantitativos con el objetivo de tomar decisiones sustentadas en información relevante, Verrastro compartió un caso propio.
El experto explicó que tenía una empresa de computadoras para máquinas agrícolas, que aportaba equipamientos de control con muchas funcionalidades de automatización. Al presentarle el proyecto a un fabricante de pulverizadores de tipo mosquito, y luego de realizar una primera prueba con 50 equipos, dos de ellos tuvieron problemas.
“A la reunión de evaluación, fuimos confiados en que habíamos tenido una baja talla de falla y que el equipo había funcionado muy bien. Pero cuando nos encontramos con el dueño de la compañía junto a un grupo de gerentes, la mayoría de ellos estaba muy conforme con excepción del gerente de ventas.
Nosotros presentábamos los datos y cuando él empezó a hablar nos destrozó. Nos contó una historia real sobre las sensaciones que atraviesa una persona a la cual se le rompe el equipo en el medio del campo y queda varado, que nos sacó totalmente del juego, porque el dueño de la empresa valoró muchísimo más el caso que había contado el gerente de ventas que cualquiera de nuestros números”, narró.
“Tardamos algunos años mostrando muchos más números y explicando que las tasas de fallas de otros componentes tecnológicos del pulverizador eran mucho más altas que la nuestra, hasta que logramos que adquirieran nuestro producto para toda la línea”, reflexionó. “A partir de allí empecé a pensar mucho en el método cuantitativo, preguntándome si yo también tomaba decisiones en base a anécdotas, que pudieran ser perjudiciales para la empresa o para mí”, agregó.
Aún no es común encontrar empresarios que tomen decisiones basándose en datos y no en percepciones.
“De hecho, la persona de ventas contó tan bien el cuento que incluso nosotros nos quedamos también convencidos de que lo que había pasado era un problema grave”, afirmó, analizando que el ser humano está claramente sesgado para tomar decisiones en base a anécdotas, “a cuentos que le cierren”, y hay que hacer un esfuerzo por tomar decisiones en base a datos.

“Uno de los errores que se suelen cometer en la gestión de datos es analizar cuántos clientes generan el mayor porcentaje de mis ingresos y cuánto esfuerzo me insumen, frente al resto de los clientes”, advirtió Verrastro, ejemplificándolo de la siguiente manera: si 10% de los clientes de una empresa generan el 80% o 90% de sus ingresos, e insumen el 10% de los esfuerzos, entonces se ocupa el 90% de los esfuerzos en un 90% de los clientes que aportan solo un 10% de sus ingresos.
“Cuando se ven estas características, claramente estamos frente a una empresa optimizable. El problema es que muchas veces se tiene una sensación de que se están haciendo las cosas bien, cuando en realidad no se miden determinados indicadores, porque naturalmente nos cuesta tomar decisiones en base a información”, apuntó Mariano Vidal.
“La clave pasa por la interpretación, ya que generalmente se busca tratar de justificar los valores que entregan los datos y luego analizarlos más fríamente”, precisó el docente, ejemplificándolo con un caso:
La Fundación Bill Gates estaba intentando generar entidades educativas que logren conseguir que las personas tengan el mayor éxito posible en los negocios o en determinados ámbitos de la vida laboral y económica. Empezaron a relevar datos de instituciones para determinar qué porcentaje de estudiantes habían logrado tener éxitos laborales. Así llegaron a la conclusión que las entidades educativas más chicas, tenían el mayor porcentaje de egresados exitosos. Entonces empezaron a impulsar el desarrollo de entidades educativas pequeñas, con pocos alumnos.
Teniendo en cuenta la gran cantidad de datos que podemos obtener de las diversas fuentes de información, la capacidad de poder procesarlos y sacar información útil para la toma de decisiones es un arduo trabajo de transformación.
Al preguntarse por qué se producía esto, se podría decir que es porque los profesores le pueden dar más tiempo a sus estudiantes y brindarles una enseñanza más personalizada, aunque a veces eso es un error. Pero si analizamos la información a través de gráficos detallados, encontramos que las entidades con menor cantidad de alumnos exitosos también son las más pequeñas.
Es un tema de base de probabilidades: si una entidad con dos estudiantes tiene mayor chance que ambos, solo por el azar, terminen siendo muy exitosos o no tengan éxito. Las entidades más chicas tienen más chance de estar en los extremos y las más grandes en el valor medio.
La necesidad de cuidar el análisis de la información también se reflejada en la crisis mundial provocada por el Covid-19, donde la evaluación de la información lleva a tomar decisiones como extender una cuarentena o aislar a ciertos países.
En los informes diarios de contagios se suele hablar del valor ‘R’ de la curva, a partir de los datos recopilados, que permiten determinar si una curva va a crecer exponencialmente y a cuentas personas contagia una persona enferma. Si ese valor es superior a 1 y si cada persona contagia a más de uno, la curva terminará siendo exponencial y si da por abajo, la curva termina cayendo naturalmente.
Esto refiere a métodos cuantitativos y a intuiciones. En función de ello se toman decisiones muy importantes, y acudimos a este tipo de herramientas para medir si las acciones que estamos tomando tienen las consecuencias que deseamos.
Si te interesa capacitarte en la toma de decisiones a través de diferentes técnicas, con sustento en reportes, gráficos y lenguaje específico, te invitamos a conocer el curso de Posgrado Métodos Cuantitativos impartido por la UTN.BA.
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