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Por qué urge concientizar sobre el manejo de residuos sólidos urbanos

por admin
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Considerando el impacto que tiene la gestión de residuos sólidos urbanos en la vida de las personas y el equilibrio ambiental, es importante realizar un análisis detallado de esta cuestión trascendental.

En Argentina se generan 1,19 kilos de residuos sólidos urbanos (RSU) por habitante cada 24 horas. Es decir, que sobre un total aproximado de 44.5 millones de habitantes, se estarían generando casi 53 millones de kilos por día y unas 19 millones de toneladas al año.

Si bien hay una cobertura de recolección de RSU del 99,8%, la disposición final en rellenos sanitarios es solo del 64,7%.

Lo cual manifiesta un serio problema medioambiental. El 35,3% de la población cuenta con una disposición final inadecuada:

  • 9,9% en vertederos controlados.
  • 24,6% en basurales a cielo abierto.

De acuerdo al Inventario de Gases de Efecto Invernadero de 2019, el sector Residuos Sólidos Urbanos suma 9,2 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente al 2% del total de emisiones.

En Argentina se generan casi 53 millones de kilos de residuos sólidos urbanos por día y unas 19 millones de toneladas al año.

La situación es compleja y requiere de soluciones que permitan revertirla en el mediano plazo, involucrando a los sectores público y privado.

Sin embargo -observando la parte llena del vaso-, a partir de estudios de composición de los RSU en el AMBA, casi un 7% son esencialmente reciclables y cerca del 25% podría utilizarse como combustible derivado de residuos (CDR).

Complejidad ambiental

“En los sistemas ambientales hay que identificar interconexiones y otras complejidades que hacen que el estudio de impacto ambiental -no solamente del sistema de gestión de residuos sino de cualquier actividad humana-, sea mucho más complejo que una simple relación de causa y efecto. Hay muchos elementos a tener en cuenta”, explicó David Allende, docente del curso de Posgrado Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos de UTN.BA durante su disertación en el Webinario: Impacto Ambiental de la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos. En este sentido, destacó que si se comprende este razonamiento se podrán tomar mejores decisiones desde el punto de vista de un tratamiento sanitario.

Para graficar esta complejidad, el especialista sostuvo que si se aplica un plaguicida, seguramente la mayor parte de la peste que se quiere combatir se va a morir, pero además habría un impacto tóxico sobre fauna y flora terrestre del lugar. Y en caso de lluvia, la sustancia química podría terminar en un curso de agua provocando mortandad y contaminación de peces, los cuales luego podrían ser consumidos por pescadores con el consecuente impacto sobre su salud.

“El sistema ambiental no tiene que ver exclusivamente con los elementos naturales sino que también implica a la sociedad humana, que se une para generar y consumir recursos, generando residuos que necesitan tratarse y descargarse en algún espacio provisto por el ambiente natural. Si encontramos un nuevo equilibrio podremos lograr una sociedad sustentable”, manifestó Allende.

La gestión integral de RSU es una manera de usar una combinación de técnicas para el manejo de diferentes tipos de residuos de manera que sea ambiental, económica y socialmente sostenible.

“Pero la actividad de gestión de residuos tiene una relación con el ambiente que es mucho más compleja que ser un receptor de afluentes de distintas matrices ambientales sino que también va a transformar el espacio, y hay que ver si el territorio es apto para eso y tener en cuenta los recursos que va a consumir de materia prima y energía”, agregó el director del Curso de Posgrado Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos.

Gestión integral de residuos sólidos urbanos

Un residuo sólido es todo material en estado sólido o semisólido que no posee para el poseedor un valor útil o se considera superfluo. Este concepto no es para nada trivial, ya que cuando una sustancia u objeto cae dentro de la definición de residuo debe someterse a un régimen jurídico específico.

En particular, los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son aquellos generados en los domicilios particulares, comercios, oficinas y servicios, y los que por su naturaleza o composición puedan asimilarse a los producidos en estos lugares o actividades.  También los procedentes de la limpieza de vías públicas, zonas verdes y escombros procedentes de obras menores de construcción y reparación domiciliaria. En definitiva, son todos aquellos residuos recolectados por las autoridades municipales, y gestionados a través de un sistema propio del gobierno local.

“La gestión integral de residuos sólidos urbanos puede definirse de muchos modos, pero una buena forma de pensarla es como una manera de usar una combinación de técnicas para el manejo de diferentes tipos de residuos de manera que sea ambiental, económica y socialmente sostenible. Lo cual implica una serie de actividades asociadas al control de la generación, almacenamiento, recolección, transporte, procesamiento y disposición de éstos de una forma que armonice con los mejores principios de la salud pública, la economía, la ingeniería, y de consideraciones socio ambientales, incluso de la estética, y que responda a las expectativas públicas”, advirtió David Allende.

Como indica el experto, el manejo integral de RSU se basa siempre en una jerarquía de gestión que se enfoca en evitar la generación, y en paralelo hacer foco en la reducción, el reúso y reciclaje, así como tratar de encontrar la mejor forma de manejar el resto.

Aunque especificó que la gestión debe siempre integrar el concepto de economía circular, que implica la maximización del aprovechamiento de los recursos, la preservación de su valor, la minimización de los impactos y la visión de que el ciudadano es un sujeto activo y relevante en todo el proceso.

Importancia de una adecuada gestión

“La gestión integral de RSU implica que todos los aspectos del sistema de manejo (técnicos y no técnicos) se analizan en conjunto, dado que los mismos están, de hecho, interrelacionados, y los desarrollos en un área afectan con frecuencia las prácticas o actividades en otras áreas. Se trata de una muy buena práctica de gestión porque algunos problemas pueden resolverse de forma más fácil en combinación con otros aspectos del sistema de desechos, que considerando a los residuos en solitario”, apuntó Allende.

“Además, permite la optimización de la capacidad de recursos, es decir que sean utilizados completamente, a partir de la participación del sector público, privado y también el sector informal, en roles apropiados para cada uno. También facilita la identificación y selección de soluciones de bajo costo al complementar actividades que implican gastos netos, con otras que pueden generar ingresos”, completó.

En efecto, actualmente los problemas asociados a la gestión de RSU son complejos debido a la cantidad generada y la naturaleza diversa de los residuos que, junto con el desarrollo de zonas urbanas dispersas, las limitaciones de fondos para servicios públicos, las limitaciones emergentes de energía y materias primas, y los diversos impactos de la tecnología, hacen necesario que una gestión eficaz y ordenada deba considerar aspectos muy variados.

Los problemas asociados a la gestión de RSU son complejos debido a la cantidad generada y la naturaleza diversa de los residuos.

“En tal sentido, las soluciones deben implicar relaciones interdisciplinares complejas entre campos como la salud pública, la ingeniería, la ciencia política, el urbanismo, la planificación regional, la geografía, la sociología, la demografía, las comunicaciones, la ciencia de materiales y la conservación del ambiente”, subrayó el catedrático.

Buenas prácticas de gestión integral de RSU

Existen muchos ejemplos de buenas prácticas de gestión de RSU en Argentina que demuestran que es posible tener en cuenta las necesidades sanitarias de la población, sin comprometer el ambiente.

Sin embargo, hay dos ciudades muy interesantes para analizar que son Viena y Barcelona, donde se centró tempranamente la mirada en el residuo considerando el desarrollo sostenible. Allí, desde principios de los años noventa, se desarrollaron propuestas de concientización y educación dirigidas a considerar el residuo como un objeto con valor, que tiene la posibilidad de continuar siendo un objeto útil económica y socialmente.

Esto fue incluido en el modelo de gestión integral de RSU, donde el concepto de valorización fue una pieza clave, ya que permitió en ambas ciudades el desencadenamiento de una serie de procesos técnicos, ambientales, económicos, políticos y sociales en torno a los residuos.

En ambos casos se integró el sector público y privado, orientándose al  pretratamiento de los residuos, la alta tecnología de sus soluciones, el apego a las normas ambientales y el factor social de sus intervenciones en cuanto a protección y participación.

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Puedes ver video del webinario completo sobre “Impacto Ambiental de la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos” haciendo clic aquí.

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