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Pasando de la idea al proyecto

por admin
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¿Nunca les ha pasado que se están duchando y se les ocurren mil ideas maravillosas que olvidan ahí?, peor aún, ¿no han pensado en algo genial y luego alguien se hace exitoso con una idea similar?

Cuando era niña mi hermano decía que de grande haría un lugar en el que las personas pudiesen recostarse en hamacas luego de la hora del almuerzo unos minutos antes de entrar al trabajo. Siempre nos reíamos de eso y nos imaginábamos situaciones. Un día lo leímos en el periódico, ¡alguien lo hizo y era un negocio exitoso!

Ideas se pueden tener muchas y muy variadas. Algunas serán más arriesgadas, otras más concretas, muchas serán utópicas y otras capaces de ser realizadas. Lo cierto es que la idea es solo eso, una idea. Ronda en nuestras mentes y como vienen, se van.

Lo difícil, no es generar ideas, sino llevarlas a la acción puesto que en esta etapa se ponen en juego muchas otras variables que tienen más que ver procesos, pasos y estructuras y poco que vincularse con ese estado de generación de ideas que más se asemeja al soñar. Deja de ser tan divertido y se pone un poco duro.

Construcción de ideas

No es una censura la que necesitas en tu cabeza en el momento de  generar una idea para que se oriente de manera directa a lo realizable. Sin embargo, en caso de que te apremie la necesidad de ser productivo, lo mejor es pensar una idea vinculada a un ámbito de aplicación. Y aquí es bueno considerar el tiempo que nos tomaría realizarla, la disposición de un espacio físico y los recursos humanos, materiales y económicos necesarios para concretarla.

Ahora, no tener las necesidades concretas para ejecutar una idea y convertirla en un proyecto no es una limitante. Tomar una idea y convertirla en un plan de negocios puede ser un arma llameante para aquellos que no disponen de recursos pero tienen la idea del millón. Un buen plan de negocios puede ayudar a conseguir una financiación para poder llevar a cabo nuestra idea.

Proyección en el plano

La mente tiene muchas vueltas e infinidades y lo que se te ocurrió hoy quedó detrás de las tareas que estuviste haciendo todo el día. Cuando te das cuenta la idea no está ahí y se vuelve complicado volver a conectar en especial con los detalles. Es por eso que la recomendación es: escribe.

En nuestros puestos de trabajo es muy común que nos demos cuenta de algunas cosas que hacen falta. ¿Tienes una idea de cómo mejorarla? ¡escríbela!, escribiendo las ideas te aseguras de poder captar ese momento creativo, de sombrero verde que ocurrió, para luego sentarte, verla, estudiarla y analizarla con un poco más de racionalidad. No dejes de escribir nada de lo que pase por tu mente en el proceso creativo una de esas incongruencias pueden ser tu solución o la de tu empresa.

Dando forma a la idea

Cuando ya creas haber registrado todos los componentes que forman parte de tu idea, el siguiente paso será el de la evaluación. Ver todo lo que se escribió con mente fría y racional. Puedes repasar tu idea, pulirla, ver cuáles son los pro, contras y cosas que se deban revisar porque aún no terminas de conectar.

En este punto también puedes realizar un plan de negocio, bajar tu idea al concepto proyecto y empezar a desarrollar todo lo que se debe desarrollar para poder evaluar el nivel de factibilidad, no solo económico si no en todos los aspectos. Revisar si existe la demanda y el mercado para esta idea, el marco legal, qué tan difícil es entrar en el rubro, las barreras de entrada y salida, en caso de que no me vaya tan bien, entre otras. La idea es todas las variables que intervienen en la puesta en ejecución de la idea.

El momento de la acción

Lo decíamos arriba. Una idea no es más que una idea, hasta que empieza la acción. La llegada a la acción es claramente la más tardía y no todas las ideas que se gestaron en un primer momento, incubaron, ni llegaron a concretarse. Lo importante es darnos cuenta, antes de seguir utilizando nuestro tiempo, que es dinero, y dinero que ya es dinero, si la idea podría ser exitosa o no. Para eso el plan.

Convierte tu idea en un proyecto. Desarrolla el proyecto; especifica que tareas se deben realizar para concretar la idea, cuáles recursos requieres y el presupuesto que necesitas para lograrlo. Luego según el alcance que tenga decide si necesitas contratar a un tercero o si deberás compartir las responsabilidades para llevar a cabo todas las tareas y lograr tu cometido. Gestiona tu proyecto y haz realidad tu idea.

Es importante visualizar que todos los procesos antes mencionados son de paso obligatorio puesto que sin ellos muchas ideas intentarían llegar a la acción y las que pudieras activarse, probablemente fracasarían antes de llegar a madurar. Emprender es todo un reto y siempre es bueno organizarse para asegurarse el éxito.

¿Cuál ha sido tu mejor idea?

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